lunes, 16 de julio de 2012

BOSONES POR NADA







Europa está a la cabeza de la búsqueda de la Nada. La está acorralando. Trata con su sapiencia y seis mil millones de euros otorgados a fondo perdido por sus sufridas y comprometidas, pero a fin de cuenta ilustradas y soñadoras clases medias, de buscar los orígenes, en lugar de hallar, como hacen sus homólogas – sui generis- estadounidenses, rusas y chinas, la finalidad de la materia (sobre todo si es prima), y de comprimir las distancias y el tiempo.
Existe una foto en la que puede comprobarse la inmensa felicidad de cientos de hombres y mujeres ante la emisión de un gran espectáculo en una pantalla. No se trata de una película de Walt Disney, ni de una comedia, tampoco de un número de humor, ni tampoco de la combinación del euromillón al que todos los espectadores están abonados. No.
La pantalla se encuentra de espaldas al fotógrafo. Para los ignorantes que no podemos imaginar un nuevo concepto de Eternidad ni tampoco podemos ver la pantalla, las sonrisas de los espectadores denotan sencillamente un paroxismo rayano a la felicidad infantil tras la primera visión de los regalos de los Reyes Magos. Niños y niñas europeos sin hermanos mayores ni vecinos pacientes del acné e incipientes navegantes de las redes sociales que le rompan el alma a pedazos con esa famosa frase “los reyes magos no existen, son vuestros padres quienes hacen los regalos”.
Esa explosión de felicidad colectiva sin precedentes en la historia ha tenido lugar en la sede del CERN en Ginebra. La razón es el descubrimiento, tras billones de colisiones en los aceleradores de partículas, y después de la sospecha anunciada hace medio siglo, de la existencia del bosón de Higgs. Esto implica nada más y nada menos que el vacío y la nada no sean una misma cosa. Dicho de otro modo: el descubrimiento supone que quizás la Nada habita únicamente en nuestra imaginación.
¡Cuánta alegría y satisfacción para la ciencia y cuánta decepción y mierda para el ser humano! Pues a partir de este punto en el tiempo deberemos cambiar nuestra concepción del recorrido de nuestras vidas a través de la existencia o viceversa.
Europa somete a la Nada, la conduce a un callejón sin salida. Y por el mismo camino de Heidegger y Sartre comprobamos ahora que eso que tanto nos ha angustiado (la nada) le acaban de dar la patada definitiva. La Nada es sólo cosa del hombre. Pero, ¿Adónde ir después de la negación de Europa a sí misma ahora que ya definitivamente no hay Nada que la agobie ni al hombre tampoco?
Sí, Europa es inocente, charlatana y esquizofrénica, y tal vez deba recurrir al Shuyanta budista, al estado Vacío de la mente, si quiere recuperarse a sí misma a pocos metros de los barrancos del infierno. Necesita más que nunca una Nada para reflexionar, para no continuar abriéndose camino a través exclusivamente de la materia.
¡Pobre Europa, madre de la filosofía y las revoluciones! Le acaban de robar en sus propias narices, como a un niño, su juguete más preciado, el único capaz de atenuar la fuerza del odio y la codicia.