viernes, 6 de septiembre de 2013

URBIS ANDROID








En el diario de trabajo de  María Auxiliadora Catete, psicóloga contratada temporalmente por los Servicios Sociales del Ayuntamiento de Urbis Android, puede leerse en los apartados titulados “Nuevas costumbres”, “Similitudes en las diferencias que adoptan los pobres telemáticos”, o epígrafes por el estilo, que no hace tanto tiempo, sin ir más lejos, en el tiempo en el que obtener una titulación académica era socialmente tan importante como haber estado departiendo con Dios un buen rato, se acostumbraba, sobre todo en los casos de progenitores pudientes con hijos o hijas con bajas capacidades intelectuales, que estos les regalaran a los profesores de lo que se llamó BUP y COU, y por supuesto a los universitarios, jamones y paletillas de cerdo, en muchos casos de matanza propia, y quesos y lotes imponentes de bacalao y otras salazones, con la clara intención de sobornarles y arrancarles un licencioso “cinco” con el que sus vástagos honrarían el marchamo económico y político de sus familias. Puede leerse, como decíamos, en estos epígrafes señalados (escritos con bolígrafo BIC azul) con vectores que dan cierto carácter anecdótico o de curiosidad profesional por parte de la tal psicóloga María Auxiliadora Catete que, sin embargo, y a pesar del cambio brutal en la actitud de beneplácito e incluso idólatra que muchos padres, madres y alumnado adoptaban hacia los cuerpos de maestros y profesores a causa sobre todo de la pandemia de la Cultura Pop que afectó en todos los órdenes de la vida cotidiana a partir del momento en el que las bacterias localistas infectaron a las sociedades globalistas y las globalistas hicieron lo mismo con las sociedades localistas, cosas como que “a día de hoy aún sigue muy arraigada en numerosas familias esta costumbre de corromper a los docentes de esta localidad con dádivas. Últimamente, a partir de la destrucción del muro analógico, con smartfhones, tablets y ordenadores portátiles en muchos casos de dudosa procedencia; pues son presentes envueltos en papel de regalo de los bazares chinos sin tarjetas de garantía ni manuales de instrucciones (en los casos de los móviles de última generación, algunos son entregados a los enseñantes sin la conveniente información de que deben liberarlos si la compañía telefónica no coincide con la del agraciado receptor).
   Hace un lustro que el Área de Servicios Sociales le rescindió el contrato de trabajo a la psicóloga, según reza en el acta de un pleno extraordinario celebrado por entonces y al que acudieron todos los trabajadores “externos o “laborales” (eufemismos con los que las autoridades locales califican a estas almas en pena que desde el primer instante después de firmar sus contratos de trabajo comienzan a contar las horas por las que viajarán a bordo de un vehículo subterráneo en el que se ocultarán de la incipiente luz del nuevo mundo que ellos mismos y pese a sus malas conciencias y miedos están contribuyendo a construir; claro está que nos estamos refiriendo a los trabajadores y trabajadoras que jamás se han planteado leer una breve historia de Las condiciones laborales en la sucesión de los distintos sistemas políticos. Las fuentes no son fidedignas pero nos cuentan que  por entonces el Teniente de Alcalde, un ex militar con mucha mala ostia que se decía que había abandonado el ejército (según contó durante una borrachera de ron Velero con Coca cola) porque se dio cuenta a tiempo que jamás lograría ascender a General, abroncó públicamente ante los trabajadores a nuestra psicóloga por haber intentado convocar una asamblea a sus espaldas para tratar el futuro incierto de estos. Es posible que a María Auxiliadora Catete no le renovaran el contrato y al resto de los trabajadores sí a causa de este motivo.
    Nada se sabe de MAC desde entonces. Su acento autóctono, de una comarca que continúa desintegrándose a causa de la cada vez más deslavazada interrelación administrativa de sus localidades nos da una pista sobre la posibilidad de que se halle en estos momentos no demasiado lejos, trabajando, tras su refundación, en una empresa familiar, o malviviendo con un poco de suerte con la ayuda a los parados de larga duración de 426 euros. No es baladí pensar que desarrollaba bien su trabajo cuando después de tanto tiempo muchos padres y madres, algunos ya con hijos mayores de edad hablan de MAC ensalzándola y echándole de menos. Todo apunta a que sus cursillos contra el tabaquismo fueron un éxito, a pesar de que, según una estadística reciente más del 90% de los enfermos rehabilitados han vuelto a fumar. Lo que viene a decir que tal vez que ese porcentaje del 10% dejó definitivamente de fumar por causas puramente incidentales como por ejemplo sus inequívocos destinos escritos. Algún ex fumador con relativa capacidad crítica va contando por ahí que ella siempre mantenía en sus charlas terapéuticas que el verdadero problema no radica en el momento en el que la cobaya comienza a fumar (denominaba así a los fumadores, incluyéndose ella misma) sino mucho antes, digamos que en el momento idealizado por el estigma de la droga, tras la visión vidriosa que el homo sapiens obtiene a partir de la consumación de tener su primera necesidad cubierta, nos referimos evidentemente a la de tener el estómago lleno. A partir de aquí las sustancias estimulantes se encuentran a pie del camino de su segunda necesidad una vez que la primera ha desaparecido: saber exactamente qué demonios hacemos bajo el sol y la luna. Los primeros cupones de la ONCE y las primeras quinielas deportivas de aquellas pequeñas sociedades fueron raíces y hongos ingeridos tal cual de la tierra. Un poco más tarde, no mucho más, cuando los resultados manifestaban claramente que aquel método de búsqueda funcionaba, apareció de repente y sin que nadie lo esperase la primera reforma social de la historia. Los jerarcas de estos grupúsculos, esos que a día de hoy continúan jodiéndolo todo porque necesitan a todas horas la aprobación de sus congéneres, decidieron que las drogas, las apuestas que garantizaban un mínimo de felicidad debían estar sujetas a un control de producción y de beneficios colectivos. Decidieron que la metodología debía basarse en unos contenidos mucho más precisos y no tan disparatados por lo que suponían cada cuelgue o estado de gracia autodeterminado y segregacionista que proporcionaban las distintas drogas, es decir, la sustancia sería solenoide y de una atracción gravitatoria que facilitara el sentido geodésico del territorio. Dicho de otro modo, que a pesar de los cuelgues descomunales con sustancias catalogadas los drogadictos y drogadictas asumieran y respetaran en una nueva escala de valores del 1 al 10 el concepto de PROPIEDAD y PROPIETARIO como 10. Por tanto, según MAC, el problema de la adicción no estriba tanto en la dependencia de la sustancia como en el instinto localizado en una zona oscura de nuestros cerebros, a la que acudimos en principio como ardientes neófitos que acaban de descubrir El Dorado de la semi-libertad.
   Las consecuencias académicas de las “Nuevas costumbres” pueden leerse en el diario de trabajo de MAC en el capítulo “CONCLUSIONES”:
   …el caso del hijo de C.A. J. es un claro ejemplo de los efectos pasivos consecuentes de estas actitudes de connivencia de todos los agentes que participan. El hijo de C, Burraco Mix, le dio una paliza a una profesora de francés a la salida del instituto delante de cientos de alumnos y de algunos profesores porque sospechó que el smartfhone con el que ésta whatsappeaba era el que le había birlado  en el Muelle de las Carabelas en un despiste a una japonesa durante el coito que esta mantuvo en los aseos para minusválidos con un profesor asociado de inglés comercial de la Universidad Internacional. Nunca se pudo demostrar que el smartfhone fuese el sustraído a la asiática. Sin embargo, si es verificable,  y en muchos casos se puede encontrar documentado en el plan de Acción Tutorial del Instituto de Urbis Android, el seguimiento a los distintos tipos de pobreza que padecen las familias de esta localidad. En el caso del hijo menor de C. el tutor correspondiente del siguiente curso sentenció en el informe personal del alumno de este modo: “Familia con graves carencias telemáticas, incluso energéticas…………. “